sábado, 12 de septiembre de 2009
Es la eterna pelea de siempre. Es como estar tratando de pararte en un piso lleno de jabón. Y te caés y te parás momentáneamente y te volves a caer y cada vez el golpe te duele más. A veces me constuyo una estabilidad inventada que antes de concretarse, se desarma. A veces creo que estoy bien. Qué ingenua, qué estúpida. A veces necesito hacerte creer que éstoy muerta, que me fui lejos, para comprobar si volvés para buscarme(y a ignorarme de nuevo). Y siempre voy a estar ahi, esperándo, intentando avanzar corriendo, mientras alguien me tiene por la espalda. Ya nisiquiera existe la inquietud de intentar entender ese lazo invisible que nos une a los seres humanos; es muy complicado, muy abstracto, muy hijo de puta. Intentar comprenderlo seria una falta de respeto proque el corazón tiene razones, que la propia razón nunca comprenderá. Sin quererlo, intentando evitarlo, fui haciendo de ese lazo más fuerte y de mi resistencia de papel, cada vez más frágil. Ahora estoy de vuelta en el punto de partida. Pero se presentan nuevas compicaciones, competidores, oponentes, nuevas personas que creen o dicen sentir como yo. Y aunque creia que esto era lo sufientemente doloroso, esas personas resultan ser de las que más queremos. Y como puedo, despúes de haber tocado fondo tantas veces, creer que existe gente capaz de sentir lo mismo? Intento, pero no puedo. Nadie sabe lo que me pasa porque nadie lo entiende. Nadie estuvo en mi lugar, aunque otras digan sentir 'lo mismo'. Y que es lo mismo? no puede medirse. No puede compararse. Tendria que dejar, soltar a la fuerza. Ya es como un dejavú, que se repite una y otra vez. Antes participaba desde adentro, ahora lo miro de afuera, con los ojos cansados y una expresión psicótica en la cara. Le construí con mi admiración un disfraz alrededor, transformándolo en un dios, creyendo que era mucho más bueno de lo que en realidad es, mucho más especial de lo que en realidad es, mucho mas querible de lo que en relidad es. Si pudieramos escarbar ese traje, esa cáscara con la que lo recubrí, podría todavía encontrar al pobre pibe que en realidad es. La verdad es que me enamoré de un ideal, y me obsesioné con un cualquiera.
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